
Joan Jara es coreografa, bailarina, dondente universitaria, defensora de derechos humanos y activista política, inglesa de nacimiento, pero chilena de corazón, sufrió la persecución y el exilio. Es la viuda del cantautor chileno Víctor Jara y se ha encargado de salvalguardar la memoria de Víctor y difundir su obra musical, dramaturgica y política, a través de varias acciones y de la Fundación Víctor Jara

Víctor Jara, cantautor, compositor, bailarin, coregráfo, dramaturgo, profesor universitario y activista político chileno, se convirtió en uno de los fundadores de la denominada Nueva Canción Chilena, además de solista, Víctor fue parte del conjunto folclorico Cuncumén y fue director artístico de Quilapayun, se convirtió así mismo en embajador cultural de Chile ante el mundo, hizo parte del Partido Comunista Chileno e integro de manera activa la Unidad Popular, siendo uno de los artistas que acompaño la candidatura de Salvador Allende y que posteriormente acompaño su gobierno. Durante el golpe de Estado en Chile en 1973, Víctor Jara fue detenido en la Universidad Técnica, de la cual era docente, fue llevado por los militares al Estadio Chile, lugar en el que fue sometido a múltiples torturas, hasta que el 16 de septiembre de 1973 fue asesinado por varios militares;su asesinato fue repudiado por diversos gobiernos y pueblos del mundo y se convirtió en simbolo de la lucha contra la dictadura militar. Víctor sigue siendo recordado por su extensa obra musical, sus composiciones e interpretaciones, sus obras de teatro y su alta sensibilidad social.




Y acá parte de la obra de Víctor Jara.
Herminda de la victoria
Luchin
El Manifiesto
El Aparecido
Plegaria a
un labrador
Último concierto documentado de Víctor Jara, 1973
Joan Jara:
"Hay un movimiento libertario
y unificador en América Latina
que da esperanza para el futuro"
Por Roberto Guerra V.**
“¿Qué instrumentos traes para la entrevista... papel y lápiz, grabadora?” pregunta Joan de entrada, con tono amable pero decidido, luego de descender por la escalera de la Fundación Víctor Jara, la casa de Víctor, que se ubica en el corazón de la Plaza Brasil de Santiago. Luego de eso y de saludarnos pasamos a la sala de reuniones donde nos ubicamos -¿casualmente?- enfrente de una gran foto de Víctor que sonríe desde el muro, para comenzar la entrevista.
Joan preside la Fundación en un esfuerzo que define como “colectivo” y que ha logrado gracias al magnetismo de la figura de Víctor, concitar la adhesión del mundo cultural chileno, ese mismo que ha dicho presente en diversos momentos desde las Jornadas de purificación en 1991, hasta la campaña por el cambio de nombre del Estadio y la posterior defensa cuando se pretendía cerrarlo el año pasado.
Actualmente la Fundación se encuentra en una etapa de intenso trabajo el que se expresa en la conservación de su archivo, organizando y recolectando materiales de y sobre Víctor, en la traducción de parte de su obra al Mapudungun y organizando una exposición en Buenos Aires con la que Víctor Jara sale al mundo nombrado “Embajador cultural de Chile” y que recorrerá diversos países con apoyo de la cancillería chilena.
De este y otros asuntos conversamos con Joan, la compañera de Víctor Jara una mañana de Julio.
Dentro de poco se cumplen trece años de la creación de la Fundación Víctor Jara. ¿Cómo evalúa usted el camino recorrido por la Fundación, cuánto se ha podido avanzar?
JJ: La Fundación nace en el año 93. Por fin se logra legalizar. Tuvimos que esperar que cambiara el gobierno para poder hacerlo con un decreto del Presidente de la república, con la idea de rescatar la memoria de Víctor, siendo que la memoria de Víctor nunca se fue de Chile. Pero en el fondo pasó 20 años absolutamente clandestinos aunque de alguna forma muy presente. Fueron los jóvenes que no habían conocido a Víctor que mantenían su memoria. Me quedé impresionada cuando visite Chile en los años 80 por la presencia de Víctor entre los jóvenes: conocían sus canciones a pesar que no se escuchaban en las radios. Seguía la censura, una censura en los medios de comunicación. Una especia de autocensura. Víctor era una especie de “cuco” para los periodistas parece y nosotros queríamos rescatarlo como hombre y como artista con todos sus valores. Y un poquito “desmitificarlo” en el sentido que “Víctor afiche” según la gente que viera el afiche no era muy útil... Es en un trabajo colectivo de un gran número de artistas que nos habíamos juntado para hacer las “Jornadas de purificación del Estadio Chile” donde comienza este camino.
Empezamos con muchos planes, sabiendo que iba ser un camino difícil. Era extrañamente difícil al principio. Recuerdo que para los 25 años de la muerte de Víctor aparece por primera vez en la televisión un pequeño homenaje a Víctor que causa bastante impacto. Hecho durante las noticias en el canal nacional, por Patricia Verdugo que se atrevió. Haciendo más corta la historia, de a poquito quedamos nosotros asombrados con la respuesta que tuvimos entre los artistas, entre la gente en general, también entre los profesores de los niños chicos, que traían a los niños para acá. Y nuestro archivo llegó a ser un centro de referencia e información de extranjeros que visitaban de todas partes del mundo y también de niños chilenos para hacer sus tareas.
Yo creo que durante un tiempo la Fundación entregó una especie de servicio, más que tener muchas iniciativas sobre lo que se podía hacer. Había muchas iniciativas en relación a Víctor y nosotros teníamos que responder a esas iniciativas de otros. En los últimos dos años ha cambiado algo. Yo diría que Chile cambió después de la detención de Pinochet en Londres. Hubo un cambio cualitativo en los medios de comunicación en relación a los derechos humanos y a lo que se podía o no decir. Y entre toda esta explosión y reconocimiento de la cosa que había sucedido en el pasado, nuestra Fundación fue una de las instituciones que aprovechó eso. Hoy día y gracias también a un gran movimiento de jóvenes que se movían para tratar de cambiar el nombre del Estadio, después de 30 años se logró cambiar el nombre del estadio Chile a Estadio Víctor Jara. Yo creo que hoy día Víctor está ocupando un espacio aquí en la cultura. Esta reconocido como artista. Yo creo que se reconocen sus valores y llega a ser un ejemplo para los jóvenes artistas y espero que la Fundación con sus distintos proyectos que está realizando está cumpliendo una tarea en ese sentido útil. Yo creo que sí.
Que siente usted cuando ve el cartel del “Estadio Víctor Jara”, cuando se encuentra con esa tremenda foto de Víctor ahí enfrente...
JJ: Es un ejemplo de la justicia del pueblo, porque otro tipo de justicia es bien difícil de encontrar en Chile. Eso es un gesto grande, resultado del anhelo de justicia que hubo, por la falta de justicia en los tribunales el pueblo hace la suya.
Usted hablaba de una suerte de clandestinidad de Víctor durante la dictadura y que se ha avanzado un poco. Hace un par de meses en un encuentro en el Sur, en la Universidad de Concepción el coro de esa Universidad interpretó “Te recuerdo Amanda” y se pudo ver a la presidenta cantado muy entusiasmada esa canción. Le parece que desde el estado Chileno se avanza, o hay algunas luces que señalen que esta clandestinidad que durante tanto tiempo Víctor vivió se comienza a terminar?
JJ: Del estado chileno sí. Yo creo que hay un reconocimiento de parte del estado a pesar de que en los tribunales la justicia tarda. Se supone que Víctor esta nombrado “Embajador cultural de Chile por el mundo”. Ese es un reconocimiento poniéndose al día de esta presencia que tiene Víctor en los distintos países del mundo. Hay una impresión de que se “subían al carro” ... en ese sentido, porque afuera de Chile Víctor es muy conocido.
Víctor ya hizo su trabajo afuera...
JJ: Claro. Lo importante es ahí que la imagen y la memoria de Víctor no se deformen. Eso es un trabajo importante de la Fundación. Que no cambien el contenido de lo que significa Víctor. El reconocimiento está bien, pero un reconocimiento a Víctor tal cual con los valores que están expresados en su obra y en su vida
Y dentro de esos valores, Víctor le cantaba –quizás como pocos- al amor y a la paz. “El derecho de vivir en paz” es muy emblemático dentro de eso, este llamado que el hacía a la unidad de los pueblos. Qué opinión le merece el proceso que está viviendo hoy día Latinoamérica, de despertar de gobiernos progresistas, de cambios que se están anunciando en muchos lados, de un presidente indígena. ¿Cómo lo ve usted?
JJ: Encuentro que es una cosa tremendamente positiva. Que América Latina está juntándose y no diría despertándose, porque siempre ha habido gente despierta, pero es un movimiento libertario y unificador y hay aires positivos en América Latina que dan esperanza para el futuro. Vamos a ver lo que hace el imperialismo porque ese es el problema, porque en otra época pasaba lo mismo. Me imagino la felicidad cuando eligieron al Frente Popular en Uruguay, a Allende... Alerta, alerta! Hay que estar alerta con lo que pasa.
Hace un par de meses salió a la luz el nombre de la persona sindicada como responsable de la muerte de Víctor. ¿Confía usted en que se pueda avanzar en la justicia e identificar a los responsables?
JJ: Puede ser, puede ser que eventualmente se va a identificar en los tribunales a la persona que fue responsable de torturar y matar a Víctor, pero durante treinta y tantos años yo no he esperado esa justicia. Yo admiro mucho a los familiares que pasan en los tribunales y luchan en contra de la injusticia del estado chileno, pero en el caso de Víctor hemos ido por otro camino. El camino de la justicia popular, una justicia moral. Yo no me he quedado confiando en la justicia aquí.
¿Qué le podríamos decir a los jóvenes Colombianos que de seguro van a leer con mucho interés estas líneas y que admiran la música y la obra de Víctor?
JJ: Primero decir que Víctor quería mucho a Colombia. Tenía amigos allá muy queridos que justo el otro día tuvimos una carta de ellos. Un hombre que tenía a Víctor alojado en su casa cuando fue para allá y que nos van a mandar fotos de ese encuentro. En ese sentido sabemos que hay como una hermandad en el amor a la música de Colombia y que Víctor fue como embajador de la cultura Chilena a Colombia. Yo creo que hoy día estamos muy separados, entonces ojalá que podamos comunicarnos un poquito más, porque en realidad nuestra lucha por la justicia y por la cultura de verdad, la identidad, el derecho de expresar nuestros anhelos, es el mismo en todos los países. Hay que organizarse, hay que quererse y darse cuenta de todo lo que nos une. Muchos saludos.
Muchas gracias!
Julio del 2006
** Roberto Guerra, es gestor cultural chileno, fundador y presidente de la Escuela de Gestores y Animadores Culturales, Egac de Chile. Su trabajo se relaciona con las temáticas de gestión cultural comunitaria, participación ciudadana, asociatividad, formulación de proyectos, entre otros temas, Hizo parte de la organización de los Festivales de Arte y cultura Víctor jara y lidero entre otras, las obras de Remodelación de la Plaza Víctor Jara de Pudahuel; en 2006 realizó en exclusiva para la Revista ExPreso Colombia la presente entrevista.
¿Qué instrumentos traes para la entrevista... papel y lápiz, grabadora?” pregunta Joan de entrada, con tono amable pero decidido, luego de descender por la escalera de la Fundación Víctor Jara, la casa de Víctor, que se ubica en el corazón de la Plaza Brasil de Santiago. Luego de eso y de saludarnos pasamos a la sala de reuniones donde nos ubicamos -¿casualmente?- enfrente de una gran foto de Víctor que sonríe desde el muro, para comenzar la entrevista.

