Las diferencias entre los procesos organizativos de campesinos y sindicales

Es evidente que el problema de la tierra es el centro nodular de las constantes guerras que han atravesado la historia del país. En la mesa de negociación de la Habana es un punto cardinal, pero lo es más porque los movimientos agrarios están en proceso de consolidación y articulación a nivel nacional después de años de desaparición de la limitada experiencia de la ANUC (Asociación Nacional de Usuarios Campesinos).
En ese sentido queremos destacar dos acontecimientos desarrollados en septiembre y octubre, primero el IV Encuentro de Zonas de Reservas Campesinas (ZRC) desarrollado en Tibú, y, otro el I Congreso de Dignidades Agropecuarias en Bogotá, ambos de alto nivel político, cultural y social donde confluyeron experiencias de luchas y declarándose contra los TLC´s, con visión de país, más allá de sus reivindicaciones sectoriales.
Por otra parte, en Santa Marta, se realizó el VI Congreso de la CUT (Central Unitaria de Trabajadores), desdichadamente en contravía de los procesos en el área rural, justamente porque esta central poco se ha hecho presente como dirección en las luchas de los trabajadores, salvo representación de uno u otro directivo con declaraciones de apoyo como un saludo a la bandera.
Mientras que el Encuentro de alrededor de 10 mil dirigentes y luchadores de 59 Zonas de Reservas Campesinas de 28 departamentos, con apoyo de organizaciones europeas pero sin la presencia del Presidente, del Ministro de Agricultura y ninguna “autoridad” regional, fueron capaces de desarrollar toda la logística para deliberar en 8 foros que abordaron amplios temas, desde la violación a la Ley 160/94 que legaliza las ZRC, hasta la convivencia y relaciones interculturales (considerando que confluyen en áreas culturas afro descendientes o el caso de los indígenas motilones de Barí que temen que las reservas rompan su espacio y la tradición de sus resguardos). También afrontaron puntos como la conservación ambiental, desarrollo rural, planes de vida, coca-marihuana-amapola, usos alternativos, diversificación de productos. El rol de la mujer, su organización y participación política, distribución del trabajo doméstico, educación sexual y reproductiva, derechos humanos y de reconocimientos legislativos del territorio, identidad, iniciativas de paz, entre otros. Homenajearon a los 4 campesinos asesinados en el Paro del Catatumbo y tras una marcha hacia el casco urbano declararon de “hecho” ZRC a las del Catatumbo, con el apoyo del CISCA (Comité de Integración Social del Catatumbo), el Congreso de los Pueblos y todos los asistentes. Éste suceso es una acción categórica frente a la negligencia y agresión del Estado ante las ZRC, en el que sólo ha reconocido un cuarto de las solicitudes agrarias en 20 años como lo denuncia ANZORC (Asociación Nacional de Zonas Rurales Campesinas). El encuentro contó con la presencia y saludos de Alfredo Molano, Brigitte Baptista, el cura Omar Sánchez, Iván Cepeda, Alirio Uribe, Piedad Córdoba, Francisco Cortés, Jaime Castilla, el Alcalde de Tibú, entre otros.
Por su parte, el 6 de octubre en Bogotá se reunieron 800 delegados campesinos y empresarios agrarios de 22 departamentos, en el I Congreso de Dignidades Agropecuarias de Colombia (DAC), constituyéndose como gremio, en oposición de la terrateniente SAC (Sociedad Agraria de Colombia) tras aprobarse estatutos, programa y la primera declaración política, bajo el lema de soberanía alimentaria y protección del medio ambiente. Tras el análisis que la crisis
agraria actual no sólo es de coyuntura por la agresión de los tratados de libre comercio, el contrabando, etc., sino de estructura, se decidió proponer una Ley Marco de Políticas Públicas Agrarias, a través de un acto legislativo de iniciativa popular con el fin de romper las políticas del Estado de concentración de la tierra y la entrega a transnacionales mineras, las faltas de regulación de precios, de garantía de compras, de protección de semillas, de infraestructuras en salud, caminos, centros de acopio, de apoyo en deudas, de inversión real para el desarrollo agrario, y por la renegociación de los TLC´s que desde la “apertura económica” de Gaviria han afectado la producción nacional, ahora agravada con los nuevos acuerdos internacionales. Fueron invitados al I Congreso constitutivo de la DAC, la iglesia, la CUT, la Federación sindical minera, los partidos políticos, entre ellos el senador Robledo por el MOIR-Polo.
Decíamos que el VI Congreso de la CUT es una expresión organizativa en contravía al proceso de las ZRC y la DAC, porque en él se expresó la crisis de dirección, de su estructura y funcionamiento. Así lo exponen las divergencias, las irregularidades en el evento, la falta de informes concretos y claros sobre las luchas, huelgas y paros de la base, la misma comisión de Ética que el presidente Pedraza tuvo que reconocer que no funcionó. Hay un abismo entre el surgimiento de la CUT, en medio de la lucha y la repercusión nacional a éste congreso en que se manifiesta una parsimonia burocratizada denunciada por algunos como una tendencia a la coaptación del sistema y las fuerzas de poder. Si bien la declaración final es aceptable, también es muy general, por la paz, la soberanía, la democracia, los derechos laborales, la reforma a la salud, la solidaridad y apoyo con Dignidades Campesinas, con el profesor Huber Ballesteros que es víctima de un montaje judicial y con los 100 sindicalistas encarcelados. Por eso no es de extrañar, tras décadas de no afiliación a Federaciones internacionales, éste congreso resolvió el ingreso a la CSI (Confederación Sindical Internacional), surgida el 1 de noviembre del 2006 por la fusión de los sindicatos amarillos de la CIOLS (Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres) y la CMT (Confederación Mundial de Trabajadores), a la que no adhirió la Federación Sindical Mundial ni la CNT-AIT de tendencia anarquista quien declaró ante la aparición de la CSI: “No ha nacido una organización para el progreso de la clase obrera del orbe, sino una internacional de la burocracia sindical”, es de anotar que la CSI tiene una orientación pro patronal y esta influida por algunos sectores de derecha.
La huelga de ANTHOC (Asociación Nacional de Trabajadores Hospitalarios de Colombia), que tras heroica lucha fue ilegalizada, con despidos, estigmatizaciones y atentados a la vida de dirigentes, no contó con una presencia y organización solidaria clara de la CUT. Pese a que la dirección CUT está anquilosada el movimiento obrero está haciendo experiencias importantes, que ésta burocracia no potencializa a nivel nacional, como es lo logrado por Sintraelecol que impuso a la empresa Electrocaribe la ampliación de la convención a 263 contratistas que no tenían beneficios, pensamos que es necesario que esta experiencia sea retomada por el grueso de los sindicatos, porque la lucha debe ser por el bienestar de todos los trabajadores, independiente de su vinculación a la empresa; o el proceso de la CUSME (Coordinadora para la Unidad Sindical Minera Energética) que impulsa nueva generaciones de dirigentes y está preparando una propuesta energética para el país.
Mientras el movimiento obrero lleva su lucha sectorialmente y la burocracia de la CUT no se obliga con extenderlas, el proceso agrario se da a la inversa, tras luchas campesinas que conmovieron al país, como el paro y marcha agraria nacional y las movilizaciones en el Catatumbo, ahora hay un proceso de confluencia organizativa, con programa claro para el país. Llamamos a la reunión de las ZRC y la DAC, para que la propuesta de ley marco agrario sea traída y sentida por todos los sectores sociales y les llegue los análisis y propuestas de los dos eventos, incluido a los sindicatos.
